22 mar 2015

La vida nos enseña sólo para que sepamos lo idiotas que tuimos

Siempre que alguien se estrella le suelen decir "aprende de tus errores y sigue adelante". Como frase hecha para ponerla con fondo de modelo esperando con maleta en una estación de tren (en blanco y negro) para un cartelito de face está bien. Pero es una gran mentira.

Para cuando aprendemos ya no habrá ocasión de usar lo aprendido. Puedes compartir con tus hijos lo que aprendiste de la vida, pero no servirá tampoco de nada; no lo interiorizará, nadie escarmienta en carne ajena.

Yo he aprendido que la gente sólo cambia si se la fuerza a cambiar, y que no se puede forzar a nadie a cambiar si todo lo que le rodea sigue igual; que las personas se deben tomar o dejar por como son, no por como esperamos que sean... Yo he cometido errores que ya no tendrán remedio simplemente por pensar que alguien podía ser diferente de como era, o que no repetiría las mismas cosas que siempre repitió.

He aprendido que nadie es imprescindible, que por mucho que te duela renunciar a una persona duele más no renunciar, que todo se pasa y todo se olvida. Hace poco quiso ponerse en contacto conmigo alguien a quien quería mucho hace años. Era una de esas personas que no son ni tus hijos ni tu pareja ni tu mejor amigo, pero son parte de tu vida porque te une el cariño y el roce diario, y que de pronto y sin razón me ignoró, Justo por lo mucho que le quería, cuando quiso hablarme no pude; literalmente no pude. Jamás volverá a entrar en mi vida quien se fue sin razón, más después de 13 años. Se dice pronto, pero 13 años es mucho tiempo para no merecer una llamada. Por eso esa llamada jamás tendrá respuesta.

He aprendido que hay que mantener cerca a quien "te da felicidad". Esta frase es de un amigo mio que la da y a espuertas, porque sigue viendo el mundo con los ojos de un niño a pesar de que tiene muy presentes todas las experiencias que hacen de él un hombre. Mantenerles cerca es devolverles la felicidad que te dan, y cuando les llega la tristeza más aún. Quien no esta a tu lado para secar tus lágrimas no merece tu risa. Yo lo practico, y cuando encuentro personas que dan luz a mis días sombríos y disfrutan conmigo los luminosos procuro no perderlas, da igual la forma en que llegaron por primera vez a asomarse a mi mundo. No las olvido por estar lejos o por hacer amigos nuevos. Cada cierto tiempo me acuerdo de que hace mucho que no hablamos y me asomo a su vida para que recuerden que me importan. Ahora espero la visita de una de estas personas que se dio un paseo por mi mundo y decidió dejar siempre la puerta abierta para que yo pasease por el suyo, mi amiga vendrá en pocos días y sé que cuando la vea será como si ayer hubiéramos andado de cervezas por las tascas. Otra muy querida espero verla también pronto, y si coinciden las dos no habrá nada que me borre la sonrisa. Mi casa siempre esta abierta para todos aquellos que quiero y que, en alguna forma, también son mi familia.

Otros amigos llegaron y se fueron, supongo que su mundo es mejor sin estar yo en él, y cuando llego a esa conclusión no es que ya no me importen, es que les hago el último favor; cumplo su voluntad y les olvido como ellos a mi.

21 mar 2015

Concierto de Iratxo en Murcia

El pasado jueves actuaron en Sala B, llevaba tiempo queriendo escucharles en directo y no me decepcionaron en absoluto. La calidad del directo de esta gente sólo la puedo comparar con la de Belo y los Susodichos, fantásticos estuvieron.
No se había pegado un sólo cartel promocional y la sala estaba bastante llena, para unas dos horas de auténtica fiesta en que bailaba todo el mundo menos AJ que todavía esta con la muleta y bastante hizo con aguantar tanto rato de pie. Me quedé con las ganas de que tocaran "María la Hierba Buena", aunque como ellos mismos dijeron, esa es más adecuada para un acústico.

Os dejo una de las canciones que más me gusta del cd que están presentando (La Última Bala); "Si tu supieras". Ya anda por este blog con su letra en un vídeo que me encanta de Iratxo solo con su guitarra:

Si queréis ver el otro vídeo o consultar la letra, sólo haced click en la etiqueta.

14 mar 2015

Mañana rezando al empezar el día en las escuelas y despellejándonos unas a otras de pura envidia

Asisto alucinada a como cambia el mundo a mi alrededor cada vez más rápido. No es que evolucione en el sentido en que un raro pez salió arrastrándose del agua, es una evolución al estilo del parásito que pierde todo menos su capacidad de reproducirse. Parece que la capacidad crítica que tuvo mi generación allá por los 80 y 90 se ha diluido en un ambiente viciado de normas sin sentido y superstición, de conformismo absoluto, de borreguismo al más puro estilo de tiempos franquistas.

Que una persona que esta a las puertas de la edad adulta te quiera demostrar la existencia de Dios y pretenda estar en posesión de la verdad es preocupante. Que las mujeres se sigan refiriendo las una a las otras como zorras, más.

Voy a decir una obviedad, pero como este blog está lleno de obviedades dudo que importe una más. Os voy a contar por qué siempre han sido las mujeres las más inmisericordes y beligerantes contra las otras mujeres. Poneos en la piel de una típica tía que cumple a rajatabla las normas mojigatas que vuelven a estar de moda y que nos han privado de una vida plena durante generaciones. Nuestra protagonista es un auténtico crack de la limpieza, que se pasa horas fregando, cocinando y planchando mientras su señor esposo (o su padre, o su hermano, o cualquier otro varón) se limita en su casa a limpiarse el propio culo; ya el vater también lo limpia ella. Esta tía no va a tener en toda su vida más que una, dos, o, como mucho, tres relaciones. Si llegara a cuatro ya es muy ligerita. Cuando se casa y es madre empieza a vivir una vida aparte de la de su pareja. El sale de noche igual que salían antes los dos; ella debe cuidar a los retoños. Si el cuerpo le pide sexo debe esperar a que él lo desee, como mucho puede insinuarse tímidamente; él sin embargo decide cuando lo quiere y lo hace saber... Y ella se lo debe dar, porque si no le está dando permiso para buscar fuera de casa lo que no encuentra en ella. Por supuesto la infidelidad en ella no tendría perdón, da igual la de veces que él lo haya sido.

Imaginaos cómo se puede sentir cuando ve a una mujer que es tan libre como los hombres, no una criada, ni una concubina ni una ama de cría. Una mujer a quien no "ayudan" a las tareas domésticas, sino que hace su parte de esas tareas como uno más de los que viven en la casa. Una tía igual que ella que cuando le gusta un tio sí puede estar con él si es correspondida, que disfruta del sexo. Esa es el blanco de todo su odio, porque no se somete y eso enciende la mayor de las envidias.

Lo dramático de todo esto es que ese "si así he vivido yo, así tienen que vivir todas" pasa de madres a hijas y está volviendo. Aquí dejo esta canción del grupo granadino María del Mal para todas las que, como yo, no vendieron su libertad a cambio de la aceptación social; "Aprieta los dientes"

10 mar 2015

El timbre del diablo y el cerebro de grillo

Esto es real y rueda por facebook. Qué todavía haya personas que deseen mujeres incómodas con su propio cuerpo y sintiéndose culpables de desear y sentir placer, parece increíble pero es cierto. Qué manía le tienen al clítoris los que quieren anular a las mujeres. Hay culturas que lo extirpan físicamente, estos intentan hacer lo mismo mediante control mental.
 Encima se llaman a sí mismos anti-sectas. Qué perdida anda alguna gente.

5 mar 2015

La felicidad por uno mismo

Hace ya un tiempo que ruedan por internet las novedades de el currículo de religión en la enseñanza. Los contenidos no tienen desperdicio, pero sobre todo uno me ha llamado la atención: quieren que los niños crean que es imposible alcanzar la felicidad por uno mismo. Como esta noche estoy filosófica, por razones que no os voy a contar, aprovechando que todavía hay libertad para decir lo que apetezca en tu blog interese o no (pero siempre que no toque temas que amenacen al régimen del 78) pues aquí dejo lo que se me pasa por la cabeza.

Para mí la felicidad es sólo una idea proyectada en las paredes de la cueva de Platón, la sombra más difuminada y dudosa de las que se mueven en la pared de esa caverna. Esa vida feliz no existe, pero sí existe una vida plena con momentos de inmensa felicidad, momentos de trauma y pena, momentos de apatía y desencanto... siempre cambiante, aún cuando sentimos que la rutina nos consume.

La felicidad no os la va a dar creer en ningún Dios, creáis o no en él. Creer en Dios puede daros esperanza, nada más. Creer que habrá otra vida después de esta solo os hará desperdiciar la que tenéis; vivid esa otra cuando llegue, como se vive la adolescencia esperando ser adulto y la plenitud esperando ser viejo. Aunque tengáis fe, lo cierto es que ahora pisáis la tierra y este tiempo que creéis un regalo no se os ha regalado sólo como sala de espera para lo que vendrá.

la felicidad puede ser estar tirados sobre la hierba alzando las manos al cielo como quien juega a tapar la Luna con un dedo, sonriendo y viendo sonreír a quien está a tu lado. Felicidad puede ser sentir el calor del sol en la terraza de un bar tras una noche sin dormir y de que la madrugada te meta el frío en los huesos. Puede ser ver a tus hijos contarte con entusiasmo su éxito en un examen o en un partido que ganaron o con alguien que les ilusiona. Son momentos. Hasta en los peores tiempos de mi vida ha habido instantes de estos, de los que luego no recuerdas cuando las cosas van mal.

Os hará felices una conciencia tranquila, y para eso no hace falta miedo al castigo; sólo buen corazón. Da igual cómo os juzguen o cómo os condenen porque si sabéis que no hicisteis mal cerrareis los ojos tranquilos cada noche.La gente nos ve desde fuera, ve fotogramas de una película que no conoce, y no entiende que no sabe de la misa la mitad. No sabe con qué convivimos cada día, lo que soportamos y lo que luchamos, ni por qué lo hacemos, pero nos condenan a veces amparados en un dios cuyo hijo dijo "El que esté libre de pecado que tire la primera piedra"; si aciertan al creer, ante él responderán.

Enseñemos a nuestros hijos a ser libres, a disfrutar el tiempo que se les conceda de vida, a ser críticos con lo que ven en vez de a creer a ciegas. Enseñemosles a respetar a los demás, a ocuparse de sus propios asuntos. Si tienes fe y quieres que también la tengan, que les sirva para tener esperanza y no temer a la muerte, no para perder su vida esperando la siguiente.

De todos los momentos malos que viví y superé, el peor fue cuando no sabia si mi hija iba a morir antes que yo. Temíamos lo peor y yo solo podía pensar que sólo quería vivir lo justo para cuidarla, que sin ella no quería seguir aquí, No pensé en el cielo ni un posible reencuentro; pensé en todo lo bueno que yo he vivido y que ella no viviría, en que era yo quien podía irme tranquila pero ella no. Si hubiese creído en Dios habría pensado lo mismo.